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Video: El locutor asesino de Chihuahua

Fue tan bestial la golpiza que Ángel Ordóñez le propinó a la joven quinceañera, que el ataúd con sus restos nunca fue abierto para evitar más dolor a sus familiares

De la Redacción

En 2010, un afamado joven locutor de radio en Chihuahua causó conmoción en el estado al asesinar y violar en su departamento de forma brutal a su novia María Isabel Márquez Vázquez, de 15 años. Los agentes policiacos describieron la escena del crimen como una de las más violentas que hayan visto.

Afectado porque ella no quería continuar la relación, el 30 de agosto de ese año, Ángel Ordoñez, de 21 años, forzó a su pareja a estar juntos por última vez, sin que la joven sospechara que de verdad así sería.

Ángel nunca pudo disimular el coraje que le causó que María Isabel terminara con él apenas unos días antes, incluso en uno de sus programas llegó a expresar su frustración de haber sido cortado y envió un mensaje velado sobre lo que iba a hacer.

“¿Ustedes creen en el amor eterno? Yo no, porque a mí ya me tronaron. A mí me duró sólo cinco meses. Alguien me dijo loco y hoy voy a disfrutar de esa locura”, comentó en una de las últimas ediciones de El Mañanero, uno de los programas que conducía.

Pareciera como si él hubiera planeado el asesinato, dijo una tía de la víctima, ”sobre todo cuando horas antes del alevoso feminicidio escribió en su página de Twitter sobre el tema a tratar en su programa nocturno: La verdad sobre el famoso dicho ‘hasta que la muerte nos separe’.

El día del crimen, Ángel Ordoñez acudió al Cedart, instituto donde María Isabel Márquez Vázquez cursaba el primer grado de preparatoria. Por la fuerza la llevó hasta su departamento en el Barrio del Norte, atrás del Tec de Monterrey, donde el muchacho estudiaba.

Ya en la casa, el sujeto le reclamó el cortón. Ella no quería nada con él, pues ya había advertido su carácter violento. Sin embargo, el ex conductor la violó y después de eso la obligó a María Isabel a grabar un audio suicida que él mismo escribió.

Al negarse e intentar huir, Ángel la golpeó brutalmente, la azotó contra la pared y la estranguló usando cables de micrófonos. Ya muerta, tuvo relaciones sexuales con el cadáver y después intentó suicidarse para “consumar su amor”, pero no lo logró. Él mismo llamó al número de emergencias para pedir ayuda. Estuvo dos días en coma.

Fue tan bestial la golpiza que Ángel Ordóñez le propinó a la joven quinceañera, que el ataúd con sus restos nunca fue abierto para evitar más dolor a sus familiares. El juvenil rostro de María Isabel quedó de tal forma desfigurado que era imposible reconocerla. Fue, sin lugar a dudas, un crimen de brutal ferocidad, dijeron las autoridades.

La joven presentaba desgarros en sus genitales, lo cual evidenció que fue violada con ferocidad, según determinaron los médicos forenses y criminalistas.

Mientras tanto, sus padres alarmados por su tardanza acudieron a la escuela, pero nada lograron, pues por ser de reciente ingreso María Isabel no era muy conocida. En su desesperación llamaron a la casa de los padres de Ángel, en Ciudad Cuauhtémoc, para preguntarle por la dirección del ex novio, pero el padre se mostró muy cortante y sólo les dio el nombre de calle, pero no el número.

“Y debido a eso tardamos mucho tiempo en dar con la casa. A mí se me hace que ya sabían del asunto, pues se escuchaba que la mamá lloraba y debido a eso tardamos mucho tiempo en dar con la casa”, dijo una tía de la víctima.

Ángel Ordoñez contaba con una gran popularidad entre el sector juvenil pues tenía dos programas en la estación de radioLa Nuevaen el 88.5 de FM: el primero denominado El mañanero de 7 a 8:30 horas, en donde contaba chistes y tenía personajes caracterizados por él mismo que lo acompañaban durante la transmisión del Morning show.

Por la noche conducía el programa titulado: Hotline, el cual tenía la dinámica de involucrar a los radioescuchas, en un 90 por ciento jóvenes, en temas cotidianos para este público como el primer beso, el primer amor, sexo etcétera.

La juez Delia Valentina Méndez lo condenó a 30 años de prisión. “Entendido, señora”, fueron las palabras de Ángel al escuchar la sentencia.

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